Todo comenzó una tarde de noviembre de 2018, cuando ambos asistieron a una reunión de su comunidad de la iglesia y su amiga Mónica los presentó. En ese momento, no fue amor a primera vista, pero en marzo de 2019 volvieron a reencontrarse y salieron juntos por primera vez. Desde ese día, sentimos una conexión especial. Carlos, en particular, comenzó a hacer todo lo posible para enamorar a Kate y hacerla sentir especial.

Lo que comenzó como una simple conversación se transformó en una serie de citas improvisadas. Desde salidas al cine, interminables videollamadas, hasta visitas a pueblos mágicos de nuestro país, cada momento que pasábamos juntos nos acercaba más. Rápidamente nos dimos cuenta de que habíamos encontrado un amor que jamás habíamos experimentado, un amor lleno de la bendición de Dios.

A medida que la relación crecía, también lo hacían sus aventuras. Viajaron juntos, compartieron la misma música, combinando el amor por el arte de Kate con la pasión de Carlos por la gastronomía, los autos deportivos y la Fórmula 1. Cada día con el otro se sentía como un nuevo capítulo en esta linda historia de amor.

Finalmente, después de cuatro años de noviazgo, amor y apoyo mutuo, llegó el momento en que supieron que querían pasar el resto de sus vidas juntos. La propuesta fue sencilla, íntima y llena de emoción, justo como lo habían soñado: en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en México, en el cerrito del Tepeyac.

Hoy, se preparan para dar el siguiente paso en su historia, rodeados de sus seres queridos, emocionados por comenzar este nuevo capítulo como esposos.